Nunca es tarde para el ERASMUS

Cuando en 1984 comencé a estudiar la carrera de enfermería, no existía la movilidad Erasmus, ya que este programa comenzó en 1987, año en el que yo me gradué.

Cuando mi profesora de italiano de la EOI de Alcalá de Henares, Paola, nos comentó en clase, que nuestra escuela había sido acreditada para este programa y que había una movilidad a Noruega en marzo, pensé que era una oportunidad increíble para conocer otras escuelas de adultos, también pensé que era muy difícil resultar elegida, pero me dije a mi misma, el no ya lo tienes y me dispuse a realizar todos los requisitos que se pedían: carta de motivación, vídeo de presentación, cuestionario de autoevaluación, documentación requerida…

Cuando vi mi nombre como una de las elegidas, no os podéis hacer una idea de la enorme alegría que sentí, nunca es tarde pensé, a los 55 años me voy de Erasmus. Cuando lo decía en el trabajo, en el gimnasio, a mis amigas, me miraban con ojos de sorpresa. Sí, sí, les decía yo, “de Erasmus“.

Ha sido una experiencia maravillosa conocer, tanto a mis compañeros de la EOI, como a los alumnos del CEPA y ni que decir tiene, a los socios griegos, noruegos e italianos. 

¡Que gratificante ha sido compartir con ellos trabajo de clase, diversión en la nieve, comidas (a las 11 a.m.) juntos, hasta hemos bailado bailes de todas partes del mundo. Hemos hablado en italiano, en inglés, hemos aprendido algunas palabras griegas, incluso noruegas. Pero sobre todo hemos aprendido lo enriquecedor que resulta convivir con personas que proceden de diferentes lugares, conocer sus costumbres, sus hábitos, incluso sus comidas. Y así darnos cuenta de lo bello que es el mundo.

¡Gracias por este increíble intercambio!